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Vídeo sobre los origenes de Corral de Almaguer y el SANTUARIO de NUESTRA SEÑORA DE LA MUELA.
TREMENDO VÍDEO
DE LOS ORÍGENES DEL SANTUARIO NUESTRA SEÑORA DE LA MUELA
Y DE CORRAL DE ALMAGUER.
Audio-visual sobre la Ermita de Nuestra Señora de la Muela
El pasado 31 de agosto, coincidiendo con las II Jornadas de Arquitectura, el historiador Rufino Rojo García-Lajara nos ilustró sobre los orígenes y avatares del cerro de la Muela a través de los tiempos, así como sobre la evolución de los edificios que componen el actual Santuario. Como colofón a esa visita guiada, se proyectó el presente audiovisual (realizado por nuestro animador e ilustrador profesional Julián Lominchar Martínez) en el que se resume de forma clara y sencilla la evolución del mencionado Santuario a lo largo de los siglos.
Dado el interés didáctico y pedagógico del presente vídeo, hemos creído conveniente recogerlo en nuestra página, para facilitar así su divulgación entre todos los vecinos. Como está realizado con mucha resolución, puedes visualizarlo si quieres en pantalla completa y alta definición HD, por lo que en ese caso no olvides pinchar en la ruedecita que aparece en la parte inferior derecha del vídeo y clicar en la mayor resolución que te aparezca.
Resumen histórico del audio-visual
La ermita de Nuestra Señora de la Muela, se encuentra ubicada en el pequeño cerro con forma de muela o rueda de molino que le otorgó su característico nombre. Este peculiar emplazamiento, considerado lugar sagrado desde varios siglos antes del nacimiento de Cristo hasta nuestros días, fue testigo aventajado del paso de las diferentes culturas que se asentaron en la Península Ibérica, dejando su impronta en nuestro suelo y modelando nuestro particular modo de ser.
Iberos, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos, deambularon por la superficie del cerro, imprimiendo la huella de sus creencias en las piedras que componen el actual santuario.
Durante los tiempos oscuros de la edad media, el edificio fue destruido y reconstruido en numerosas ocasiones, sufriendo en sus estructuras las consecuencias del avance de la reconquista, el abandono de la peste y las posteriores luchas entre nobles y reyes cristianos.
Con la llegada de la edad moderna -finales del siglo XV y comienzos del XVI- (época de los Reyes Católicos) la ermita aparece descrita en los documentos como un pobre edificio construido con humildes materiales y notable influencia morisca. La imagen de la Virgen de la Muela no es considerada aún como patrona de la villa, compitiendo en lo que respecta a la devoción popular de los corraleños con las imágenes de Nuestra Señora del Campo y Nuestra Señora de los Sábados. En cambio, sí se verifica la presencia de una antigua cofradía encargada de celebrar las misas por las almas de sus hermanos difuntos y organizar la romería y fiesta que se celebraba el 2 de Mayo. La conservación y arreglo de la ermita, corría por aquellas fechas a cargo de un mayordomo nombrado por los visitadores de la Orden de Santiago -a propuesta del Ayuntamiento- entre los vecinos de la villa.
Esa vieja ermita que creíamos desaparecida tras la construcción del enorme edificio actual, es la que concentrará el grueso de nuestras explicaciones y se convertirá en buena medida en el objetivo de nuestro audio-visual, al comprobarse que jamás desapareció del cerro, sino que simplemente fue reutilizada y disimulada entre las diferentes estancias que hasta hace poco componían el santuario.
En concordancia pues con el propósito didáctico de esta visita guiada, en el presente vídeo conoceremos un poco más sobre sus orígenes, su historia y los últimos descubrimientos que nos han permitido conocer mejor la evolución del edificio.
Rufino Rojo García-Lajara
(Agosto de 2013)
ENIGMAS CORRALEÑOS. ¿Una Papisa en la ermita?
ENIGMAS CORRALEÑOS.
¿Una Papisa en la ermita?
Por la puesta en actualidad estos días de los papas al ser nombrado FRANCISCO como nuevo Pontifice redescubrimos el artículo que J. Luis Mendoza publico en la Revista Aloyón nº5 pág..22 y 23 ( Primavera 2005).
Corría el año de 1985 cuando, tras unas obras de reforma en la capilla de Santa Águeda, aparecieron una serie de pinturas murales de época renacentista. Presentaban un deterioro notable ya que se hallaban bajo un enlucido posterior y habían sido picadas con el fin de darle solidez a dicho revoco. No hace muchos años fueron restauradas (parece ser que suscitando cierta polémica) y hoy en día puede contemplarse, lo que de ellas pudo salvarse. Por los restos que aún quedan en otros muros se supone que la capilla debía estar pintada en su totalidad.
Entre varios personajes indeterminados, está la enigmática figura de una mujer con una Tiara Papal, que se presta a varias interpretaciones; o bien es una alegoría de La Iglesia (de género femenino), o bien se trata de una Papisa, puesto que la Tiara se describe como: «Mitra alta ceñida por tres coronas, con un globo rematado por una cruz, usada por el Papa como insignia de su autoridad de Sumo Pontífice.»
De haberse encontrado esta figura entre los condenados, al igual que es frecuente encontrar a reyes y obispos e incluso Papas, entre las llamas del purgatorio, (como es en el caso del magnífico cuadro que poseemos en la Parroquia, conocido como de Las Animas), podría entenderse esta posibilidad, como parte de la iconografía de la época con un fin moralizante. Pero al encontrarse entre los que ascienden al cielo, unido a que porta en su mano unas flores, posible símbolo de pureza, parece claro que se trata de una representación de la Iglesia.
Aún así, por su curiosidad, consideramos de interés recoger lo que se ha escrito sobre la posible existencia de una Papisa en la historia. No entramos aquí en valoraciones sobre su realidad histórica dadas las posiciones enfrentadas entre la Iglesia, que desde el siglo XVI lo ha negado, y algunos investigadores que aportan pruebas sobre su existencia. Las conclusiones las dejamos a merced del lector ¿Mito o realidad? ¡El enigma está servido!.
LA PAPISA JUANA.
A comienzos del siglo XIII se expande por Europa el rumor de que una mujer habría dirigido a la Iglesia Romana entre los años 855 y 858. Hasta el siglo XVI la Iglesia aceptó la existencia de esta Papisa como un hecho establecido, pero luego cambia de opinión y niega toda realidad a este personaje.
Según distintos cronistas medievales, especialmente monjes, nos hablan de esta mujer que llevó el nombre de Juan VIII. El pontificado de la Papisa fue de dos años, cinco meses y cuatro días, desde el año 855 al 858. Esto la sitúa después del Papa León IV (847-55) y antes que Benedicto III, cuyo periodo normalmente lo datan en estas mismas fechas con el fin, según sus «seguidores», de no dar lugar a la Papisa.
Según las biografías medievales, Juana habría nacido en el año 822 en Ingelheim, (en la actual Alemania) y debido a que entonces a las mujeres se les negaba la educación, Juana viaja a Atenas disfrazada con un hábito de monje benedictino, junto con otro monje de la misma orden, este engaño le permite frecuentar desde entonces las más importantes abadías y adquirir así grandes conocimientos.
Cuando llega a Roma se da inmediatamente a conocer por su sabiduría y su piedad, así como por su gran belleza. Siendo ya cardenal, a la muerte del Papa León IV es designada para sucederle en el año 855. Nadie conoce su verdadera identidad y Juana accede al trono pontificio con el nombre de Juan VIII el Angelical. Desempeña su cargo con gran dedicación y se muestra muy digna de él. Pero en abril del año 858, durante una procesión, se desploma repentinamente en plena calle, dando a luz a un niño y muere en las horas siguientes. El escándalo entre los fieles es enorme y la Papisa es enterrada a escondidas en un lugar no consagrado.
Según otros testimonios, el Palacio Laetano, lugar donde residen los papas, se encuentra en el lado opuesto de Roma con relación al Vaticano y a la Basílica de San Pedro y que la ruta entre ambos extremos, mas recta, era pasando por el Coliseo y la Basílica de San Clemente, conectadas estas por la vía de S. Giovanni, y sin embargo en la Edad Media, esta ruta directa era evitada por los papas por causa de que allí había dado a luz y había muerto la Papa Juan.
LA SILLA PERFORADA.
Según una leyenda, a partir del año 1000, y durante cinco siglos, se habría practicado una verificación de sexo de cada nuevo elegido al trono pontificio. Esta ceremonia se llevaba a cabo en el palacio de Letrán. Todos los nuevos papas eran invitados a sentarse sobre un trono de pórfido perforado, mientras un diácono metía la mano por debajo de la silla para palpar los genitales y cerciorarse del sexo del futuro Papa, y después gritaba ¡Habet! (Tiene) a lo que la gente contestaba ¡Deo gratias! (Gracias a Dios). Este rito que niega la Iglesia, habría perdurado hasta la elección de León X, en 1513.
J. Luis Mendoza.
Revista Aloyón nº5 pág..22 y 23 ( Primavera 2005)
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