Archivos Mensuales: julio 2013

Concierto Conmemorativo 150 Aniversario Banda de Musica Santa Cecilia de El Romeral.


Cartel Concierto Banda

“Manteniendo la tradición y prolongando nuestra historia” así hace referencia la Banda de Música “Santa Cecilia” de El Romeral a la celebración de su 150 cumpleaños.

Un día cualquiera del año 1863 D. Camilo Horcajada, vecino de El Romeral tuvo la brillante idea de fundar una agrupación musical que diera rienda suelta a la gran afición por la música que emanaba del interior de muchas personas y pusiera color a todos los actos festivos de la localidad. Por todos es sabido de la tradición musical de este pueblo, tradición que se ha mantenido en este siglo y medio gracias a la afición y esfuerzo de generaciones. Personas que se han quitado tiempo de estar con sus familias y amigos para satisfacer sus deseos musicales formando así otra familia con una madre común a todos, la música.

La Banda de Música “Santa Cecilia” ha tenido la suerte de tener en su dirección a magníficos músicos parte de ellos naturales de El Romeral. Cabe destacar a Ángel Ballesteros y su hijo Marcelino, a Juan Antonio y a los hermanos Miguel Ángel y Santiago Zamorano. También ocuparon ese puesto José Gómez Tostado y Pedro Sánchez que aunque no eran de El Romeral pasaban más tiempo en nuestro pueblo que en el suyo. Es de un inmenso valor la actitud de nuestros antepasados que después de sus duras jornadas de trabajo ya que por lo general eran jornaleros, guarnicioneros, albañiles, artesanos,… acudían cada noche a “la academia” como decían ellos a los ensayos. Esa “academia” derivó a ser una verdadera escuela de música municipal donde se podía aprender solfeo e instrumento de viento madera, metal y percusión y que ha sido, es y será la cantera de la que se va abasteciendo de buenos y jóvenes músicos la agrupación.

Si por algo se ha caracterizado esta agrupación musical ha sido por su empeño por desarrollar su actividad haciendo resistencia a todos los tiempos por difíciles que fuesen. Aunque sus actuaciones se han centrado principalmente en nuestro pueblo, también cabe destacar que lo ha hecho amenizando fiestas de algunos pueblos de Castilla-La Mancha y Madrid. También ha participado en encuentros regionales de bandas de música en Polán, Cedillo del Condado, Dosbarrios, Guadamur, Villalpardo, Yeles, Esquivias, etc… Participó en el II Festival de Bandas de Música de Vitoria-Gasteiz (1995) y en diversos encuentros en distintos puntos de la geografía española como Bembrive (Vigo), Boiro (A Coruña) con el cual mantiene una relación de hermanamiento, El Barraco (Ávila), Piedrahita (Ávila) donde nuestra banda tiene infinidad de amigos, San Martín de Valdeiglesias (Madrid), Cadalso de los Vidrios (Madrid), Segovia, así como en la organización de certámenes a nivel nacional en nuestra localidad. Actuó en la ciudad alemana de Heidelberg (2011) llevando el nombre de nuestro pueblo fuera del reino de España.

La banda de música tuvo su “primer hijo” en 2010 llamándole “Aires de pasión” es un CD de marchas procesionales y en el que incluyeron también el Himno de nuestro pueblo compuesto por su apreciado compañero Raúl Picó. Actualmente, la banda de música es miembro de una unión comarcal de bandas de música y está integrada en la Federación Regional Castellano-Manchega de sociedades musicales. A comienzos de este año y recién estrenado como director la banda de música se encuentra guiada por la batuta del corraleño Julio César García-Lajara Sánchez-Celemín. Con motivo del siglo y medio de existencia, la banda de música ha elaborado un calendario de actividades lúdicas y musicales para este verano de las que podrán disfrutar todos los romeraleños y visitantes.

La banda de música Santa Cecilia está tremendamente agradecida al pueblo de El Romeral por su apoyo incondicional y promete seguir ofreciendo su música hasta el final de los tiempos.

Vídeo del programa «EL MERCADILLO» en CORRAL DE ALMAGUER presentado por FÁTIMA.


La corraleña Fátima  presenta «EL MERCADILLO» en  Corral de Almaguer.

¡No te lo pierdas! ¡Dale al PLAY!

Viaje cultural a Cabañeros de Amigos de Corral de Almaguer.


Viaje cultural a Cabañeros

La Asociación Cultural ha preparado un viaje para visitar el Parque Natural de Cabañeros, el sábado 7 de septiembre. Para ampliar información e inscribirse, llamar al teléfono 666 856 954

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PREFERENTE: El C.D. Tarancón ficha a un Corraleño como su »9» para el debut en Preferente. Entrevista a Brigadas V.


PREFERENTE: El C.D. Tarancón ficha a su »9» para el debut en Primera Aut. Preferente

Noticia: http://aficionadosclubdefutbol.blogspot.com.es/

PRIMERA AUTONÓMICA PREFERENTE

Ayer era el día elegido por el club blanquiazul del C.D. Tarancón para oficializar la primera noticia referente al plano y plantel deportivo tras hacer saber en el mes de mayo la renovación del entrenador Miguel Ángel Grande.
del ascenso,

El conjunto taranconero pone así una de las primeras piedras para salir a competir en la temporada 2013-14 en Primera Aut. Preferente fichando a su delantero referencia en la posición de ataque.

Llega al Municipal de Tarancón el delantero de Corral de Almaguer, Carlos Durán.

El joven jugador toledano firmará su nueva ficha con el equipo de Tarancón en unos días todo ello antes de conocer que su hasta ahora equipo sería compañero de grupo de su nuevo equipo la próxima temporada por la noticia ya sabida de la renuncia del Daimiel C.F. para competir en Primera Aut. Preferente uniéndose de esta manera al otro equipo del municipio daimieleño como elDaimiel Racing Club en Primera Aut. Ordinaria.

Carlos Durán, espigado delantero de 20 años salió de la cantera del C.F. Almaguer. En las últimas temporadas ha ido entrando en la dinámica del primer equipo alternando con el equipo de la categoría juvenil hasta la pasada temporada quedarse oficialmente como delantero fijo del primer equipo.

17 goles al término de la temporada regular en el grupo IV de Primera Aut. Ordinaria fue los que logró Carlos Durán con el C.F. Almaguer siendo la máxima referencia verde quedando en el podium de los goleadores del grupo por detrás deJavier de Ancos (C.D. Mocejón 24 goles) y Alberto Siu (C.D. El Casar 21 goles).

Por otro lado en referencia al C.D. Tarancón continúan los primeros pasos de cara al aficionado para hacerse socio del equipo blanquiazul y vivir la temporada en Primera Aut. Preferente con la campaña de socios.

Recordamos los precios:

Jubilados 25 €

Grada Joven (18-25 años) 30€


Mujeres 30€


Público General 40 €

El precio de las entradas a los partidos tendrán como único valor el precio de 5 euros.

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Once inicial del C.F. Almaguer temporada 2012-13

LA WEB http://www.3div18.com/ HIZO LA SIGUIENTE ENTREVISTA A LA AFICIÓN DEL CF ALMAGUER: BRIGADAS VERDES.
almaguer

Brigadas – CF Almaguer

¿Qué sentís al ser nuevo equipo de Preferente?   Nos enorgullece ver como el trabajo que han hecho los jugadores durante todo el año se ha visto recompensado.Hemos pasado un año inolvidable… Leer mas »

Iker Casillas «Vamos a tener un vástago manchego» en relacción al hijo que tendrá con la Corraleña Sara Carbonero.


Podría haber dicho «avilés», «mostolense» o incluso «madrileño» pero el hijo de SARA CARBONERO e IKER CASILLAS tendrá «IDENTIDAD MANCHEGA». Así se refiere Iker Casillas al hijo que tendrá con la corraleña Sara Carbonero y que demuestra que Iker también es ya un hijo adoptivo más de nuestra localidad y que tiene siempre presente a Corral de Almaguer en su vida. «ORGULLO MANCHEGO».

Desde SomosCorraldeAlmaguer.com damos la enhorabuena a estos dos grandes.

Noticia de EnCastillalaMancha.com

Pues efectivamente, ésa fue la expresión que le salió al portero del Real Madrid y de la selección española de fútbolcuando se lo comentaron a la periodista de La Otra Crónica, del diario El Mundo, antes de subirse a un avión para comenzar sus vacaciones. Íker Casillas y la periodista Sara Carbonero, de Corral de Almaguer (Toledo) serán padres a finales de este mismo año, por lo que imaginen la felicidad de ambos.

«O a principios de 2014, si se retrasa», afirman en La Otra Crónica (pinche aquí para leer la información de El Mundo). Lo confirmaron el viernes 5 a mediodía, en el mismo aeropuerto de Barajas. La periodista del grupo Mediaset está embarazada de 13 semanas, «se encuentra muy bien y apenas tiene molestias».

Los próximos padres, que declararon estar «muy felices», se lo comunicaron a sus respectivas familias y a sus amigos el miércoles pasado, durante una reunión en un bar del barrio de Malasaña, en Madrid.

Bueno, pues los corraleños ya tienen algo más de lo que presumir…

El Tesoro del Convento de Clausura por Rufino Rojo García-Lajara


Virgen del convento de clausura El Tesoro del Convento de Clausura

 

De entre los numerosos secretos y enigmas que Corral de Almaguer aún esconde entre sus viejos muros y legajos a la espera de ser descubiertos y expuestos a la luz, ocupa un lugar de excepción, o quizás deberíamos decir ocupaba, pues desgraciadamente desde el año 2006 ya no se encuentra en nuestra localidad, un pequeño cuadro que colgaba de una de las paredes interiores del coro alto del Monasterio de Clausura. Al encontrarse instalado en la zona de reclusión de las religiosas, no era visible para los fieles que acudían a la liturgia diaria, por lo que sólo cuando se entraba en el interior del recinto monacal -con el permiso del Obispo- era posible contemplarlo en todo su esplendor.

Precisamente en una de esas escasas visitas permitidas por el titular de la diócesis con la intención de elaborar el inventario de obras de arte que aún guardaba el Monasterio, mi acompañante y ocasional fotógrafo José Luís Martínez Ávila y un servidor, nos topamos de frente con el cuadro que motiva el presente artículo. Se trataba de un óleo de pequeñas dimensiones (40×32) y humilde enmarcado, en el que aparecía representada de medio cuerpo y sobre fondo dorado, la imagen de una Virgen de singular belleza y delicado rostro, dotada de una tez clara y sonrosada y largos cabellos castaño-rojizos que descendían formando ondulaciones prácticamente hasta la cintura. Vestía una aterciopelada túnica azul oscura recogida en el talle por un lazo, y en la bocamanga derecha se dejaba traslucir parte de la camisola de color rosado que envolvía su interior. María miraba con dulzura a un niño Jesús totalmente desnudo y sentado en su regazo, que se giraba y parecía querer alejarse de su madre sujetando entre las manos los cardos que simbolizaban su pasión. La imagen de la Virgen contrastaba fuertemente con el intenso fondo dorado y con los dos ángeles que flanqueaban la parte superior, portando una corona que se disponían a colocar sobre su cabeza.

La pintura, con pocas nociones que se tuvieran de arte, presentaba -a pesar del fondo dorado- un innegable estilo gótico flamenco tanto en las formas como en la técnica y estilo, pero dado que se encontraba en un perdido convento manchego, a nadie se le pasó por la cabeza la posibilidad de que aquel cuadro fuera original o tuviera algún valor. Saltándose las ancestrales normas internas que obligaban a hablar a las monjas solamente cuando la madre superiora lo permitiera, la siempre alegre y espontánea Sor Trinidad (religiosa natural de Corral de Almaguer que acabaría convirtiéndose en la última abadesa del Convento) me susurró al oído, aprovechando que la superiora miraba para otro lado: “ése de ahí sí que tiene valor”. Sorprendido por la reacción de aquella monja de ingenua y bondadosa sonrisa con la que luego me uniría una cariñosa amistad, recogí el comentario con el mismo disimulo que ella había utilizado conmigo y sellamos nuestro secreto con una mirada de complicidad.

Transcurridos casi veinte años de aquella visita, tuvimos noticia de que el Museo del Prado había organizado una exposición denominada “Arte Protegido” en la que aparecían recogidas las numerosas obras de arte salvadas durante la guerra civil por un puñado de valientes republicanos amantes del arte y de la cultura que, de manera desinteresada y en no pocas ocasiones arriesgada, fueron capaces de montar un operativo que protegiera de la incultura, las bombas y la acción anárquica de las masas (que descargaban sus frustraciones contra la iglesia por considerarla aliada del poder y del dinero) las mejores obras de arte de la Nación. Pues bien, para sorpresa nuestra, en algunas de las fotografías y documentos que componían aquella exposición, aparecían las obras de arte incautadas y salvadas de Corral de Almaguer durante el año 1938, tanto de la Iglesia Parroquial, como del Monasterio de Clausura y de unas cuantas casas importantes de la localidad.

Emocionados al comprobar la cantidad de cuadros, objetos litúrgicos, bibliotecas enteras y valiosos muebles que aquellos hombres habían logrado salvar en nuestra localidad, decidimos investigar más a fondo sobre el tema. Gregorio Martínez Chacón y José Muñoz Fernández-Clemente (por aquel entonces presidente de la Asociación de Amigos de Corral de Almaguer) fueron los encargados de indagar en los cuadernos y anotaciones de aquellos osados amantes del arte -a los cuales debemos que el museo del Prado siga siendo en la actualidad una de las mejores pinacotecas del mundo- y solicitar las oportunas copias de las fotografías que reflejasen las obras y objetos artísticos procedentes de Corral de Almaguer.

Para sorpresa nuestra, ocupando el primer lugar entre las obras de arte incautadas en Corral de Almaguer, aparecía el famoso cuadro de las Monjas. En las anotaciones de aquellos valientes salvadores del arte, la tabla procedente del Monasterio de Clausura aparecía identificada como posible obra de Juan de Flandes, pintor favorito  de la reina Isabel la Católica, aunque, al seguir investigando, Gregorio Martínez Chacón descubriría finalmente que la autoría del cuadro correspondía a otro de los grandes genios de la pintura flamenca de finales del siglo XV y comienzos del XVI: Gérard David.foto cuadro Gerard David Museo del Prado con pie de foto

Impresionados por tan asombroso descubrimiento, celebramos pletóricos nuestro curioso hallazgo, sin pensar que nuestra capacidad de sorpresa aún no había terminado, pues poco tiempo después comprobamos que la colección de pintura flamenca del Museo del Prado atesoraba entre sus obras un cuadro de similares características al nuestro, y la Catedral de Toledo lucía también entre sus joyas pictóricas un tercer cuadro gemelo de los anteriores. Nuestro estupor iba en aumento, pues aunque conocíamos que era perfectamente normal que los pintores y escultores flamencos elaboraran varias copias de una misma obra de éxito para cubrir la demanda, nos resultaba muy difícil relacionar un óleo de esta calidad y características con Corral de Almaguer.

Silla Sala Capitular Toledo blanco y negro-2 con subtítulo

Y es que siguiendo con la investigación, descubrimos que el cuadro existente en el Museo del Prado procedía nada menos que de la colección privada que el Emperador Carlos I trajo a España cuando fue nombrado Rey; y el de la Catedral de Toledo había sido adquirido por el propio Cardenal Cisneros cuando fue elevado a la dignidad arzobispal, convirtiéndose de facto en el cuadro de devoción más apreciado por aquel importante religioso. Tanto es así, que desde entonces y hasta hace pocas décadas, el pequeño óleo de la Virgen con el niño coronada por dos ángeles de Gerard David, ocupó siempre la silla arzobispal de la Sala Capitular de la Catedral de Toledo en ausencia de los obispos, siendo conocido por todos como la Virgen de Cisneros. Con posterioridad fue reintegrado al museo de la catedral junto con el resto de pinturas, y ocupó un lugar preeminente en la exposición del año 2005 denominada “Y sabel la Reina Católica”.

Conocidos todos estos pormenores, la pregunta que nos surgía a continuación era la siguiente: Si el Emperador y el Cardenal Cisneros habían sido los propietarios de las otras dos obras gemelas del cuadro de las monjas ¿quién en Corral de Almaguer había tenido el suficiente dinero, poder y contactos en la Corte, para costearse y adquirir un cuadro de semejantes características y cómo había llegado ese cuadro al Monasterio de Clausura?

Revisando la historia del Corral de Almaguer de comienzos del siglo XVI, no es difícil llegar a la conclusión de que la posesión de pinturas al óleo entre las familias nobles de la villa fue una rareza y más aún si se trataba de obras cotizadas de autores famosos. Pero si ya era extraño encontrar pinturas que adornasen las casas de los hidalgos locales, encontrar una familia que pudiera costear un cuadro de devoción de estas características y encima tuviera contactos en la Corte, resultaba toda una excepción, por lo que nuestra búsqueda se concentró prácticamente en dos familias: Los Ramírez de Arellano y Los Almagueres.

Virgen de Cisneros con pie de foto

Los primeros porque uno de sus miembros -el obispo don Diego Ramírez de Villaescusa- estuvo una buena temporada en Flandes como capellán de Juana la Loca y Felipe el Hermoso y asistió al bautizo del futuro Emperador Carlos I, pudiendo perfectamente hacerse con algún cuadro del famoso pintor de Brujas; y los segundos porque otro de sus miembros -Francisco de Almaguer- ocupó el cargo de Contador Mayor durante buena parte de los reinados del Emperador Carlos I y su hijo Felipe II, y por lo tanto no tuvo más remedio que entablar contacto con los artistas y marchantes del arte, dado que él en última instancia era el encargado de pagar las obras pictóricas que iban engrosando las famosas colecciones reales españolas.

Descartadas el resto de familias nobles corraleñas tanto por su desinterés por la pintura como por la dificultad de acceso y elevado precio de este tipo de óleos, sólo nos quedaba averiguar cómo llegó el susodicho cuadro al Convento de Clausura

Para contestar a esta segunda pregunta, debemos avanzar que tanto el Monasterio de Clausura de Corral de Almaguer, como buena parte de los conventos femeninos españoles de aquel tiempo, se fundaron para que se retiraran en ellos las hijas de las familias nobles y pudientes de la comarca que, por diversas circunstancias, no habían podido o querido desposarse en su momento. Para su ingreso, el padre debía aportar una cuantiosa cantidad de dinero -conocida como dote- que se entendía como el complemento necesario para la manutención de la religiosa durante su vida monástica y que alejaba las probabilidades de profesar como monjas a personas cuyas familias no tuvieran un mínimo de capital (excepto las que entraban como criadas de las anteriores y con el tiempo acababan como monjas de pleno derecho). Era también costumbre y estaba permitido, que las religiosas ingresaran en la clausura acompañadas de cierto enseres y útiles personales de devoción, como alfombras, braseros, arcones, escritorios, cuadros, crucifijos etc… que les hicieran más cómoda y llevadera su estancia en el convento, por lo que ésta sería con toda probabilidad la manera en que el cuadro entró a formar parte de la decoración del Monasterio.

Aclarado éste segundo punto, solamente nos quedaba verificar si existieron monjas en el Monasterio de San José provenientes de alguna de las dos importantes familias mencionadas anteriormente.

La suerte quiso acompañarnos de nuevo, pues al no encontrar a ninguna religiosa de la familia Ramírez de Arellano entre las monjas que ingresaron en el convento desde su fundación hasta comienzos del siglo XVII; y descartar a casi todas las demás que profesaron durante esas mismas fechas por no reunir las condiciones económicas necesarias para poder adquirir un cuadro de semejantes características, nuestras pesquisas se redujeron prácticamente a dos únicos nombres: doña María de Mendoza y doña Jerónima de Almaguer.

Doña María de Mendoza era una joven de talante autoritario y caprichoso procedente de una rama secundaria de la importante familia de los Mendozas (aunque no hemos podido descubrir su localidad de procedencia) que había entrado en el Monasterio de Clausura a la fuerza y sin vocación ninguna, por exigencia de su padre. Ésta circunstancia marcó su estancia en el Monasterio y fue la causa de los continuos conflictos y problemas -algunos de bastante gravedad- que sacudieron el convento durante esta primera etapa y a punto estuvieron de provocar su cierre. Para descanso de las monjas y autoridades civiles y religiosas, doña María de Mendoza solicitó finalmente su exclaustración alegando una grave enfermedad y se marchó exigiendo que le devolviesen sus enseres y hasta el último ducado de la dote.

Doña Jerónima de Almaguer, por el contrario, era una joven dulce e ingenua dotada de finos modales y una exquisita educación. Su padre era don Francisco de Almaguer, sobrino del Contador Mayor del Rey Carlos I y Felipe II del mismo nombre y su madre la nieta del comendador Collado. Con estos antecedentes, unidos a su gran belleza, doña Jerónima se había convertido a sus dieciséis años en la joya más preciada del municipio y en la dote más cotizada de toda la comarca, por lo que su padre la tenía bien guardada y protegida en espera de encontrarle un marido que estuviera a la altura de las circunstancias.

Pero quiso el destino que doña Jerónima se enamorara perdidamente de un apuesto joven de condición económica muy inferior a la suya y antecedentes de mujeriego, al que se entregó en cuerpo y alma como ingenua adolescente que era. Su padre la envió inmediatamente al convento de clausura –al principio de forma temporal- con la esperanza de que la vida religiosa le hiciese reflexionar y olvidase ese apasionado amor adolescente que había comprometido la honra de la familia. Sin embargo, por diversas circunstancias que serían largas de explicar (véase el libro Grandezas y Bajezas de la aristocracia corraleña del siglo XVI) doña Jerónima decidió finalmente tomar los hábitos y profesar como monja en el convento de clausura.

Obviamente a doña Jerónima, dada su riqueza, jamás le faltó mobiliario ni objetos variados de devoción con los que adornar su celda y hacer más llevadera su estancia en el convento. De entre todos esos objetos permitidos para decorar su aposento, entendemos que el cuadro de la Virgen con el niño de Gérard David debió presidir la intimidad de su celda y ocupar un lugar privilegiado desde donde elevar sus oraciones diarias. No podemos precisar, sin embargo, si la mencionada tabla flamenca entró con ella en el convento tras su desafortunado romance, formó parte de la dote que entregó su padre una vez profesó definitivamente como monja de clausura, o procede de la magnífica herencia recibida de su tía abuela doña María de Almaguer (hija del contador del rey Felipe II) que murió sin descendencia.

 

Estudios comparativos

 

Una vez analizados el cuándo, el cómo y el porqué de la presencia del cuadro en el Monasterio de Clausura, sólo nos quedaría recoger los rasgos identificativos que lo unen a la vez que lo diferencian de sus otras dos tablas gemelas: la del Museo del Prado y la de la Catedral de Toledo.

A simple vista, resulta más que evidente un detalle significativo: mientras en el cuadro del Museo del Prado la Virgen gira la cabeza y sostiene al niño en la parte derecha de su regazo, en los otros dos lo hace hacia la izquierda. Es difícil encontrar una razón para este curioso detalle aparentemente banal, pero no parece descabellado imaginar que el pintor de Brujas quisiera establecer una clara diferenciación entre el cuadro del Emperador -pintado por él en su totalidad- y los otros dos cuadros, copias del anterior, realizadas como consecuencia de encargos posteriores y probablemente por los miembros de su taller. No olvidemos que era habitual entre los pintores consagrados y con talleres de cierto renombre, que en copias de estas características el titular se dedicase únicamente a terminar las zonas que revestían mayor dificultad, como las caras, las manos o, como en éste caso, el cuerpo del niño, que es donde el maestro imprimía su estilo personal.

Otro detalle que viene a corroborar esta teoría, es la complejidad y riqueza decorativa que exhibe el vestuario y la propia imagen de la Virgen del Museo del Prado (cenefas con pedrería, gran lazo ceñidor, cadena del cuello, diadema de perlas en el cabello) en comparación con los otros dos mucho más convencionales y sencillos, elaborados para atender la demanda. Por lo demás, el cuadro de la Catedral de Toledo y el del Convento de Clausura son prácticamente idénticos y sólo se diferencian en mínimos detalles difíciles de apreciar a primera vista y en el hecho de que el cuadro de la Catedral está totalmente restaurado, mientras el del Monasterio de Clausura, después de superar 500 años de existencia, la Guerra de la Independencia, la desamortización de Mendizábal y la Guerra Civil, presenta los desperfectos lógicos del paso del tiempo y los numerosos traslados. No obstante, los tres reflejan la misma ternura y delicadeza que sólo Gérard David sabía imprimir en las caras de sus vírgenes y que tanta fama le reportó en su momento.

Y una vez finalizada esta investigación, sólo nos queda recoger la sensación de tristeza que nos invade al comprobar que un cuadro que valía más que todo el convento, haya salido para siempre de nuestra población con rumbo impreciso, en vez de haber permanecido en el Monasterio con el resto de obras de arte que lo adornaron durante tantos siglos, o haber enriquecido con su presencia el pequeño pero interesante museo parroquial. Ciertamente Corral de Almaguer no es Pastrana, ni sus habitantes se levantarán jamás para defender su historia y su patrimonio como ocurrió en aquel pueblo de Guadalajara, pero, unas veces por desconocimiento –como en este caso- otras por desinterés y omisión, y otras por pura ignorancia, la realidad es que nuestra localidad sigue perdiendo sus cada vez más escasas señas de identidad como municipio sobresaliente que una vez fue en la comarca, para convertirse poco a poco en un pueblo manchego más, sin personalidad, sin alma, sin atractivo para sus habitantes y menos aún para el turismo.

Rufino Rojo García-Lajara (julio de 2013)

 

 

Dedicatoria: este escrito va dedicado a Sor Trinidad, la última abadesa del Monasterio de Clausura de Corral de Almaguer –fallecida en pasadas fechas- con la que siempre me unió una especial relación de cariño.

Nota: La Virgen con el niño y dos ángeles que la coronan de Gérard David, es el emblema y cartel de la exposición actual del Museo del Prado “La belleza encerrada” que permanecerá abierta hasta el 10 de noviembre de 2013

Sala Capitular de la Catedral de Toledo, con la Virgen de Cisneros en la silla arzobispal

Sala Capitular de la Catedral de Toledo, con la Virgen de Cisneros en la silla arzobispal